sábado, 15 de diciembre de 2012

Aún así, intacto.

Te tengo guardado en el cajón de los sueños rotos, en el de las promesas rotas y las lágrimas dolorosas. Te tengo escondido en el armario de las miradas enamoradizas y en el de las sonrisas perfectas. Te tuve en los amaneceres esperanzadores y en las noches de pesadillas. Te mantuve en el frasco del mejor olor a probar y en el del olor que jamás olvidarás. Te encerré en la canción de los gritos escalofriantes y en la de caer sin haber empezado a volar.

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