domingo, 2 de junio de 2013

Como la vida misma.

-¿Vas a vender la casa? ¿Cuándo pensabas decírmelo?
+Después de la reunión con la asistenta social. Es muy grande, mantenerla cuesta una fortuna, ya lo sabes.
-Estoy pagando mi parte.
+Y te lo agradezco, pero no es suficiente.
-Debiste consultármelo, Holly.
+Ah, ¿cómo tú me consultaste lo de irte a Phoenix?
-No vas a vender la casa.
+Claro que sí.
-Ellos querían que ella creciera aquí.
+Lo que querían era que tú y yo la criáramos juntos pero tú has pasado de tus obligaciones.
-Pues no has tardado en encontrar a otro que te ayude a cambiar pañales.
+Qué fuerte.. Ahora quieres hacerme sentir la culpable, tú te largaste.
-Desde el principio tú quisiste hacerlo todo sola pero Holly, jamás lo habrías logrado sin mí. Por eso nada más irme encontraste el sustituto de Messer.
+No es el sustituto de Messer.
(...)
+¿Sabes qué? No se parece a ti en nada. Sam no se parece a ti en nada. Es cariñoso, amable y no sale corriendo cada vez que la cosa se pone seria.
-¡Sí! ¡Salí corriendo! Mi mejor amigo murió y de repente me vi con una casa y un bebé y siento.. y, y..
+¡¿Y qué?!
-¡Me asusté!
+¡¿Crees que yo no estaba asustada?!
-Para ti era más fácil, Holly. Tú querías esto, querías la vida que ellos tenían.
+Pero no como me vino, Dios. No como me vino. Y menos con alguien que no me correspondía.
-Sí lo hacía y lo sigo haciendo.
+No, tenías razón. Solo estábamos interpretando un papel porque nos necesitábamos para seguir adelante. Se acabó, ya no tenemos que fingir más, Messer, ¿vale? No quiero discutir más contigo, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario