sábado, 20 de abril de 2013

Él, Inglaterra y yo.


Inglaterra, una fiesta. 9 y media de la noche. Gente de todos lados. Y de pronto, entre la multitud le veo a él, veo esos ojos azules que atrapan. Sonríe y sonrío. Me cuentan que es un poco mujeriego y, ¿qué? Yo solo quiero tratar con él. Se acerca lentamente y empezamos a hablar, quizá cosas sin sentido, tal vez historias con sentido. Le miro, es realmente atractivo, seductor. Cualquier chica caería rendida al amor si le conociese un poco más y yo, no tenía ganas de caer. Su brazo derecho está sobre mis hombros, sonríe y caminamos un poco. Pasado un tiempo hablamos sobre nosotros y mi boca suelta un 'tus padres' que le hace inmovilizarse en el sitio y no poder abrir la boca. Me dice 'mis padres murieron, vivo con un amigo, su padre es como un tío para mí', sonríe pero su sonrisa es débil. Aún así le sigo viendo perfecto. Me gusta, lo admito. Ante mi comentario y el suyo acaricio su brazo y acto seguido hago lo mismo en su mejilla. 'Todo va a estar bien, seguro que tus padres están orgullosos de ti' y me abraza. Volvemos a la fiesta y le pierdo de vista, algunos me dicen que no es bueno ni para mí ni para nadie, otro que parece que nos gustamos mutuamente, mi propia madre que no le gusta para mí. Desesperada por verle vuelvo a buscar entre la gente su mirada pero esta vez no está, lo perdí para siempre, como un sueño, un sueño bonito pero muy fugaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario