viernes, 11 de enero de 2013

Sé que los padres no son perfectos y que nadie les enseñó a ser padres, pero hay momentos en los que cometen errores enormes y peor aún es que no lo aceptan. En ocasiones piensan que son los únicos a los que le duele algo, que nuestra vida no tiene nada para ser un asco a veces, que nunca estamos satisfechos, que solo gastamos, que jamás nos preocupamos por nada. No se dan cuenta de que sus insultos, el insulto de las personas que te engrendraron, el de la persona que te tuvo 9 meses en su vientre para traerte en el mundo, es lo peor que puede existir. No se imaginan las lágrimas amargas que se quedan en nuestro corazón, es cierto, quizá jamás salgan pero eso se quedan ahí para siempre. Es imposible ser renconroso con un padre, pero hay acciones que jamás se olvidan y que duelen en el alma. Y tengo la sensación de que jamás se van a dar cuenta. Solo espero que el día de mañana no pueda herir tanto a mis hijos, si es que tengo.

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