sábado, 12 de mayo de 2012

Mi vida,

¿qué podría decirte hoy que no sepas ya? Que lo mismo que has venido ya has salido de mi corazón. Que no sabes cuánto duele cada golpe que me ha dado verte con ella. Caí, en lo más profundo del abismo, me escondí de la realidad, quise creer que era una pesadilla. Pero os vi, juntos, enamorados, queriéndoos, y yo como una estúpida queriéndote a escondidas, creyendo que otro podría hacer que me olvidara de ti. Y en verdad, tal vez ahora ya te tenga casi superado, pero no olvidado. ¿Cómo podría olvidar a aquel que me ha entregado felicidad por meses? ¿El que me ha hecho sonreír? Nunca, jamás. Imposible. Jamás olvidaré cada latido de mi pecho al verte, o cada sonrisa al cruzarme contigo. El simple hecho de saber que estabas ahí para mí a las 8 de la tarde o a las 4 de la mañana. Pero esto llegó a su fin, todo tiene su fin. Y ya has olvidado todo, incluso ese 'siempre estaré para lo que necesites.' Y yo aquí, como una puta gilipollas sin poder olvidar tus manías.

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