domingo, 8 de abril de 2012

Podría dejarle escapar, pero no quiero rendirme aún.

Y dejaría escapar este sueño, lo dejaría ir a él, a todas sus manías junto a sus idioteces de niño inmaduro, dejaría que se fueran las sonrisas y la razón de mi latidos. Necesitaría más de media vida para acostumbrarme a ser si él, pero lo conseguiría, me levantaría cada mañana sin una sonrisa provocada por un 'buenos días' suyo, o tal vez dejaría de dormir con una felicidad tan grande que no me cabría en el cuerpo por el hecho de haberlo visto a metros de mí, con esa camiseta que tan bien le queda, que hace juego con sus ojos. Y me gustaría ser más fuerte, para que pudiera permitir que se escapara de mi vida, darme cuenta que merece algo mejor que yo. Pero me gusta esto, el soñar con todas y cada una de sus miradas, que su color de ojos sea mi color favorito, que me muera por sus abrazos o tal vez porque me hable, que no pueda dormir recordando la última conversación que tuvimos, la misma de siempre, pero la misma que consigue hacerme sonreír. Y lo quiero, con sus pros y sus contras, con cada uno de sus defectos y cada cual virtud que lo hacen increíble, me gusta que su risa sea mi melodía preferida, y me gusta hacerle un hueco en mi corazón, aunque él a mí no me lo haga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario